El pasado domingo 6 de Mayo del 2012, se llevó a cabo el
primer debate presidencial entre los candidatos: Enrique Peña Nieto, Josefina
Vázquez Mota, Andrés Manuel López Obrador y Gabriel Quadri de la Torre. Previo
al evento, ya había comenzado la polémica, se había suscitado escándalo del rating
de Carlos Salinas Pliego, por no querer transmitir el debate en su cadena
televisiva, TV Azteca. Los pronósticos que corrían por Twitter, Facebook y
distintas redes sociales, eran de opinión múltiple y diversa: muchos esperaban
una actuación ensayada y cuadrada de Enrique Peña Nieto, otros auguraban una
participación de López Obrador acusadora y populista, y otros más esperaban un discurso de Josefina
sumamente artificial, mientras que a Gabriel Quadri no se le tomaba mucho en
cuenta.
Este debate es, más allá de un recurso propagandístico
que tienen todos los candidatos a la presidencia, es una oportunidad de,
mediante propuestas y críticas a otras propuestas, reafirmar posturas y
canalizar la mayor cantidad de votos indecisos, deseosos por analizar cual
opción sería la más conveniente para sus familias y para la nación. La
diferencia es que en este debate, más allá de comparar propuestas y puntos de
vista, los candidatos, con excepción de Gabriel Quadri, se empeñaron en emplear
discursos proselitistas, acusadores e incluso conspiracionistas.
Andrés
Manuel López Obrador desde el 2006, utilizó una carta que le fue
muy útil para ganarse la confianza y el voto de la clase humilde en México, la
cual era la carta de la evidenciación. Sin embargo, considero que los votantes
necesitaban escuchar las propuestas de un AMLO supuestamente regenerado, un
AMLO amoroso y portador del cambio, pero lo que en realidad se terminó
evidenciando fue que sigue siendo el AMLO acusador en extremo que se vio en las
elecciones pasadas. La carta de la evidencia es una muy buena que tiene este
candidato, pero el utilizarla estrepitosamente, al grado en que replicas
completas eran destinadas para contar las historias trágicas y los personajes
que tienen a México sumido en la pobreza, fue un factor que le puede costar a
López Obrador el voto indeciso y por lo tanto, despedirse nuevamente de la
presidencia de la república.
En cuanto a Josefina
Vázquez Mota, por un momento parecía que estaba en uno de sus tantos spots
televisivos, generando un discurso de género, que por momentos pareciera que es
por el único en el que realmente esta comprometida. Apenas en su segunda
intervención, comenzó a intentar manchar la imagen del candidato puntero,
Enrique Peña Nieto, con acusaciones hacia su partido por acciones
parlamentarias que, según ella, obstaculizaron el progreso de la nación. Además
de utilizar un argumento bastante parcial y contraproducente cuando intentó
nuevamente atacar al candidato del PRI-PVEM señalando que los estados más violentos
son los que tienen a gobernadores priistas en el poder, esta candidata
desperdició la oportunidad de contrastar las propuestas que ella tenía, con las
que proponía Peña Nieto y sus demás rivales; sus acusaciones fueron imprudentes
y en algunos casos irrelevantes. Algunas de sus propuestas más notorias fueron:
La creación de un programa de becas para la detección de niños con talento, que
las prisiones locales pasen a manos del gobierno federal para una mejor
administración, y un aumento en la inversión cultural y educacional. A mi
parecer, esta candidata tampoco pudo en este primer debate, convencer al voto
indeciso debido a su pobre actuación.
Enrique
Peña Nieto tuvo a mi parecer una mejor actuación que los 2
candidatos que están debajo de él en las encuestas y que acabo de mencionar,
dejando a un lado si sus propuestas son creíbles, factibles o verídicas, el
candidato del PRI-PVEM utilizó gran parte de su tiempo para aclarar qué es lo
que falta hacerse en México y que hará como presidente. Como puntero en las
encuestas, muchos pensamos que simplemente se concentraría en su discurso y
propuestas ensayadas, sin embargo la sorpresa fue que dio respuesta a cada uno
de los ataques que vinieron por parte de la candidata del PAN y de López
Obrador. Peña Nieto fue el que más afectado se vio en cuestión de puntos en las
encuestas debido a los contrataques que realizó para defender su imagen, en 3
intervenciones señalo la inasistencia de la candidata Josefina Vázquez Mota en
la cámara de diputados, e incluso llamó a “el peje” candidato de las
televisoras. Su única intervención favorable en defensa a un ataque, fue el de
aclarar la superstición que sacó el candidato de las izquierdas en que Peña
Nieto privatizaría PEMEX, de manera similar a lo que ocurrió a finales del sexenio de
Salinas de Gortari; la respuesta fue contundente y precisa, aclaró que PEMEX
necesita de la inversión privada para desarrollarse adecuadamente, aunque esta
no pasaría enteramente a manos privadas. El voto indeciso puede irse con él
después de este primer debate, aunque en cuestión de puntos en las encuestas,
es posible que virtualmente baje unos lugares.
Mientras tanto, Gabriel
Quadri de la Torre fue el candidato que mejor papel desempeñó a lo largo
del debate, en cada intervención lanzó una propuesta, haciéndolo a mi parecer,
de manera convincente. En cuestión a críticas, estas fueron a propuestas o a
hechos realizados por parte de otros candidatos, como el criticar la
construcción del segundo piso del periférico en el D.F. durante la gestión del
candidato de las izquierdas, señalando que solo benefició a la clase
privilegiada poseedora de un automóvil, y criticando su “eliminación del
Estado” repartiendo en partes iguales la riqueza nacional. Por su parte,
propuso el candidato de nueva alianza, establecer como derecho fundamental las
tecnologías de la información como una banda ancha a nivel nacional, crear una
secretaría de ciencias y tecnologías, eliminar los monopolios como el de las
telecomunicaciones y quitar los subsidios que se le dan a PEMEX. Este candidato
ha sido sin duda, el más beneficiado por el debate, incrementando su puntaje en
las encuestas considerablemente.
En general hubo mucha comparación de México con otros
países, sobre todo Brasil, lo cual no me gustó. Tal vez el señalar las
inconstancias que ha tenido la nación a lo largo de su desarrollo pueda que le
sirvan a los candidatos para poder reforzar sus propuestas, sirviendo también
para los espectadores como método de comprensión de la realidad nacional. El
comparar a México con otras naciones de manera parcial y directa, puede ser
contraproducente, al crear una idea de necesidad de “copiar la receta” de otros
países, lo que ha demostrado generar resultados perjudiciales a la nación en el
pasado.
El próximo 10 de Junio será el segundo debate, en donde
veremos a 4 candidatos más y mejor preparados, corregirán los errores cometidos
en este primer debate y podremos a partir del próximo encuentro, tener una idea
más clara y acertada, de quién tendrá más posibilidades de llegar a la
presidencia. Por lo pronto, la actuación llevada a cabo hasta ahora, ha sido
verdaderamente decepcionante.
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